Seguiremos trabajando en purificar nuestros pensamientos así es que durante esta semana además de seguir repitiendo el decreto de la anterior, añadiremos el siguiente:
“Ahora sé que mis pensamientos y mi palabra tienen poder creativo. Todo lo que digo se vuelve realidad, por lo que pido la ayuda Divina para que mis pensamientos sean sólo obra del Espíritu Santo. Ahora declaro, en el nombre de mi “Yo Soy” que mis pensamientos sólo son para el bien y se transmiten a mi palabra, con lo que sentiré el bien. Sólo acepto el bien que es Dios mismo”.
Habrá que corregir nuestras expresiones de disgusto. Recordemos que todo lo que se nos presenta es para que aprendamos algo. En el momento que lo aprendemos y dejamos de enojarnos, esto desaparece y no volveremos a tenerlo.
Esto es algo que yo he comprobado. Cuando algo me disgustaba, se me repetía constantemente. Cuando supe que no debía enojarme y lo acepté de corazón, las cosas cambiaron.
Así es que cuando se nos presente algún contratiempo, abramos bien los ojos y veamos qué es lo que tenemos que aprender y aprovechemos, los problemas para sacar provecho de ello.
Esto lo hacemos para estar en armonía y abrir los canales de la abundancia.
Además de repetir estos decretos, vamos a hacer un inventario de lo que tenemos.
Toma una hoja de papel y ve anotando todas las cosas que tienes. Esto nos llevará bastante tiempo. Puedes comenzar por la sala, después el comedor, después la cocina y así seguirte.
Vas a anotar las cosas y delante de ellas vas a poner una flecha en las que utilizas constantemente y vas a dar gracias porque la tienes. Las cosas que utilizas esporádicamente, les anotas un circulito y las cosas que nunca utilizas las dejas sin nada.
En cada una de ellas vas a dar gracias porque la tienes. Anota todo, abre cajones, closets, alacenas, todo. Verás cuán próspero eres.
“Ahora sé que mis pensamientos y mi palabra tienen poder creativo. Todo lo que digo se vuelve realidad, por lo que pido la ayuda Divina para que mis pensamientos sean sólo obra del Espíritu Santo. Ahora declaro, en el nombre de mi “Yo Soy” que mis pensamientos sólo son para el bien y se transmiten a mi palabra, con lo que sentiré el bien. Sólo acepto el bien que es Dios mismo”.
Habrá que corregir nuestras expresiones de disgusto. Recordemos que todo lo que se nos presenta es para que aprendamos algo. En el momento que lo aprendemos y dejamos de enojarnos, esto desaparece y no volveremos a tenerlo.
Esto es algo que yo he comprobado. Cuando algo me disgustaba, se me repetía constantemente. Cuando supe que no debía enojarme y lo acepté de corazón, las cosas cambiaron.
Así es que cuando se nos presente algún contratiempo, abramos bien los ojos y veamos qué es lo que tenemos que aprender y aprovechemos, los problemas para sacar provecho de ello.
Esto lo hacemos para estar en armonía y abrir los canales de la abundancia.
Además de repetir estos decretos, vamos a hacer un inventario de lo que tenemos.
Toma una hoja de papel y ve anotando todas las cosas que tienes. Esto nos llevará bastante tiempo. Puedes comenzar por la sala, después el comedor, después la cocina y así seguirte.
Vas a anotar las cosas y delante de ellas vas a poner una flecha en las que utilizas constantemente y vas a dar gracias porque la tienes. Las cosas que utilizas esporádicamente, les anotas un circulito y las cosas que nunca utilizas las dejas sin nada.
En cada una de ellas vas a dar gracias porque la tienes. Anota todo, abre cajones, closets, alacenas, todo. Verás cuán próspero eres.
Encontrarás muchas cosas que ni te acordabas que tenías y muchas querrás tirarlas. No las tires, ponlas aparte en una caja, más adelante trabajaremos con ellas. Igualmente con las cosas que probablemente quieras regalar.
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