Tengo dos compañeras muy especiales que me acompañan todo el día, una es güera, de tamaño regular, delgada y muy lista. La otra es “enana”, así la llamamos de vez en cuando, porque está chiquita, de pelo negro y ojos pizpiretos.
McKenna
Ella ha estado con nosotras 10 años, es una perrita Pastor Alemán. Desde chiquita me ha seguido fielmente y es una perra muy inteligente que parece entender todo lo que le digo. Muchas veces, cuando no quiere hacer algo que le ordeno, me rezonga, haciendo “ahuah, ahuah, ahuah”, como diciendo “no me gusta, no quiero”. Es muy obediente y entiende todo, cuando le digo, qué haces ahí, salte, inmediatamente, me obedece.
Su pasatiempo favorito es destapar las botellas de agua vacías (y sabe perfectamente que esas son las que tiene que coger, las llenas, nunca las toca) les quita las tapas y después las muerde.
No nos ha dado problemas, siempre ha sido muy sana, a pesar de que se come los pañuelos desechables. Siempre está pendiente de lo que hago y va conmigo a todas partes.
Ella tiene con nosotros 9 años, la recogimos de la calle. Había unos niños que para divertirse la molestaban. Estaba toda sucia, tenía todo el pelo enmarañado. Mi hija la vio y desde ese momento la siguió. Al llevarla a que la bañaran, cuando nos la entregaron estaba preciosa, así es que decidimos quedarnos con ella.
Al principio era tímida, pero poco a poco fue tomando confianza y en poco tiempo se sintió como en su casa.
En esa época teníamos a la McKenna y al Black Jack, de quien hablaré más adelante, e inmediatamente se sintió afin al Black, por lo que poco después comenzó la rivalidad con la McKenna, por el cariño del Black. Black tuvo paciencia con las dos y a las dos les daba su cariño por igual, pero esto no lo entendía Dalila, así es que empezó a gruñirle a la McKenna hasta llegar a la pelea. Tuvimos que separarlas y desde entonces, cada quien en una habitación para evitar problemas.
Es muy alegre y siempre está contenta, hace lo que quiere, no es tan obediente como la McKenna, pero la queremos así como es.
Black Jack
Al principio era tímida, pero poco a poco fue tomando confianza y en poco tiempo se sintió como en su casa.
En esa época teníamos a la McKenna y al Black Jack, de quien hablaré más adelante, e inmediatamente se sintió afin al Black, por lo que poco después comenzó la rivalidad con la McKenna, por el cariño del Black. Black tuvo paciencia con las dos y a las dos les daba su cariño por igual, pero esto no lo entendía Dalila, así es que empezó a gruñirle a la McKenna hasta llegar a la pelea. Tuvimos que separarlas y desde entonces, cada quien en una habitación para evitar problemas.
Es muy alegre y siempre está contenta, hace lo que quiere, no es tan obediente como la McKenna, pero la queremos así como es.
Él ya no está con nosotros, murió en el 2007. Este perro era un amor, también era Pastor Alemán y su adoración era mi hija. Siempre estaba con ella y era un perro muy cariñoso. Obedecía cuando quería, pero como era el consentido, no nos importaba. Lo extrañamos mucho.
Me encantan los animales y en especial los perros, creo que son los mejores compañeros, el maltrato a estos seres es inconcebible. Si tienes una mascota, trátala bien, cuídala y procúrale todo lo necesario para que su vida sea placentera. La Naturaleza te lo recompensará.
Siento tristeza por todos los animales que son maltratados y por aquellos que nos sirven de alimento y son sacrificados de forma cruel. ¿Sabías que cuando un animal muere en forma violenta, lo que siente (miedo, ira, dolor) se queda en su cuerpo? Es por eso que es más sano no comer carne, porque toda esa energía la absorbes tú. Si eres adicto a la carne trata de irla disminuyendo, para que esas energías no afecten la tuya.
0 comentarios:
Publicar un comentario