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Ley de Causa y Efecto

En la tierra todos los países tienen leyes que deben respetarse para que la gente pueda vivir en paz. Así como aquí hemos hecho nuestras leyes, el Todopoderoso creó las suyas que rigen en todo el universo, las cuales se cumplen automáticamente. Muy poca gente tiene conocimiento de éstas, de lo contrario el mundo sería mejor.





La diferencia principal entre las leyes humanas y las divinas es que éstas no necesitan testigos presenciales, ya que nuestros actos son energía que regresa siempre a su creador. Entonces, si nosotros provocamos daño y nadie nos ve, estaríamos salvados de algún castigo humano; sin embargo, en el plano divino, ese acto ya forma parte de nuestra esencia y tarde o temprano regresará detonando el efecto que causamos.

Así es la Ley de Causa y Efecto, una especie de boomerang que regresa a su origen la energía desprendida, por lo que ésta siempre debe ser positiva.

Para comprender mejor lo anterior debemos tener en cuenta lo siguiente:

1.- Todo lo que sale de nosotros regresa a nosotros.

2.- Todo es energía.

3.- Las energías atraen energías de la misma frecuencia.

4.- El pensamiento y la palabra tienen los mismos efectos que las obras.








Toda persona es fuente creadora y como tal emite energía. Si esta persona lanza una maldición a alguien, dicho pensamiento sale de ella y va en busca del sujeto al que maldijo. En el camino se encuentra con energías negativas y va aumentando (igual que una bola de nieve cayendo de una montaña). Al llegar a la persona, si ésta se encuentra de buen humor y en armonía, esa maldición no la alcanza; sin embargo, sigue rondando cerca de ella, esperando el momento en que tenga un disgusto. Es entonces, cuando la maldición le alcanza y todo empieza a salirle mal.

Esto lo pueden comprobar en un día que se levantan de mal humor, se enojan por algo y empiezan a tener problemas con todo, ya que dieron entrada a esa energía negativa. Mientras estén en armonía, nada ni nadie les puede hacer daño.
Una vez que la persona recibió la energía negativa, automáticamente regresa al que la envió. En el camino va recogiendo más energía de la misma frecuencia, así es que al llegar ya se multiplicó, entonces a esta persona todo le sale mal y puede llegar a pagar el mil por uno.
El regreso es automático y aquí no importa si su creador está en armonía o no, de todas fromas la recibe. De esto no nos damos cuenta porque olvidamos fácilmente lo que hacemos, decimos o pensamos, y debido al tiempo que tarda en regresar a nosotros, ni siquiera lo relacionamos.
Lo mismo se aplica para las cosas buenas. Si hacemos, hablamos y pensamos el bien, nos llegará multiplicado. Nada llega por casualidad, ni exiten injusticias. La Ley de Dios es justa y solamente te llegará lo que te corresponde, lo que tus acciones provoquen.

Ahora que ya sabes esto comienza a pensar, hablar y hacer el bien. En ti está que todo te salga de maravilla y si no, no te quejes y no le eches la culpa a nadie; tú y sólo tú eres el responsable.


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1 comentarios:

Anónimo dijo...

can u leave ur phone number to me???