Muchas veces pedimos y lo que recibimos es algo distinto a lo que imaginamos y es porque no pedimos correctamente.
Quieres un coche pide exactamente lo que quieres, no digas quiero un coche. Di, quiero un coche de la marca… de color azul, automático, con aire acondicionado, etc. Ve describiendo lo que quieres con todo lujo de detalles.
¿Por qué? Porque si pides sólo un coche, recibirás cualquier coche o no lo recibirás, porque no eres claro en la petición.
Quieres un nuevo trabajo pide específicamente el trabajo que quieres. Por ejemplo: quiero un trabajo en el que me paguen…. Que esté cerca de mi casa, que tenga Seguro de Gastos Médicos, Seguro de Vida, que mi jefe sea una persona agradable, honesta, justa, que haya comedor, que el horario sea de 9 a 6, y así sigue detallando todo lo que quieres.
Todo esto escríbelo y ve visualizándolo. Cuando termines, no olvides pedir: “Bajo la Gracia, de manera perfecta, en armonía con todo el mundo, de acuerdo a Tu voluntad Divina y en nombre de Jesucristo”.
Así haz con todo lo que desees, ya sea salud, trabajo, dinero, etc.
Guarda lo que escribiste y olvídate de ello por ese día, al día siguiente vuelve a leerlo y repítelo, vuelve a guardar el papel y olvídate de nuevo, no estés pensando de dónde podría venir o cómo, ese no es asunto tuyo. El pedir es como cuando ordenas en un restaurante y pides el menú. Nunca te paras y vas a la cocina a dar instrucciones. Tú sabes que lo que pediste te llegará y no tienes que molestarte, así es el pedir.
Saber Pedir
Publicado por
Viento Rítimico Blanco
on domingo, febrero 15, 2009
Etiquetas:
Reflexiones,
superacion
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